Capitulo Siete : Devoción Libre de Conocimiento - Segunda Parte


Todos los derechos reservados

Así pues, no es por ninguna calificación nuestra que podremos atrapar al Absoluto. Cualquiera a quien Él decida darse a conocer le conocerá. Esto se explica en los Puranas : No se le puede conocer a través de disertaciones o debates, ni a través de una buena memoria o una vasta inteligencia, ni a través del genio o intelecto sobrenatural. Puede que no haya estudiado extensamente todas las Escrituras reveladas, pero eso no es una calificación. Krsna se reserva toda independencia. Sólo hay una forma de conocerle. De lo contrario, por Su dulce voluntad, todos los derechos están reservados.

¿Cómo podemos atraer Su dulce deseo? Esa es la pregunta. Cómo capturar Su dulce deseo. Sólo es posible a través de saranagati, rendición, incrementando nuestro lado negativo. Debemos pensar: "Soy muy pobre. Sin Tu gracia no puedo vivir". Tenemos que pensar de esta manera para despertar la piedad en Su corazón. Debemos apelar a Su comprensión, convencerlo que tenemos una extrema necesidad de Él y que sin Su gracia no podemos vivir. Sólo este sincero sentimiento de necesidad puede atraer Su atención hacia nosotros. De lo contrario, no tendremos posibilidad alguna de atraparlo. Por eso se ha recomendado el acercamiento negativo para capturarlo. Nuestra única oración es que somos los más necesitados y sinceros. Eso es lo único que puede atraer Su atención hacia nosotros. Y no es un simple parecer o especulación es un hecho. Es una realidad.

En cierta oportunidad, en Badarikasrama, conocí a un sannyasi erudito que en el curso de nuestra conversación se hizo pasar por ateo. Él argumentaba: "¿Qué evidencia hay que Dios o el alma existen!" A continuación, yo cité un verso del Srimad-Bhagavatam (11.22.34):

atma parijñana-mayo vivado, hy astiti nastiti bhidartha-nistha h
vyartho `pi naivoparameta pumsam, mattah paravrtta-dhiyam sva-lokat

Le expliqué que aunque el atma, el espíritu, es autorrefulgente, hay una perenne contienda entre dos bandos opuestos. Uno de los bandos dice: "Dios existe". El otro afirma: "Dios no existe". El Srimad-Bhagavatam declara que el atma es autorrefulgente, pero aun así encontramos una clase de hombres que dice: "Él existe, lo vemos. Se lo puede percibir". Y otros dicen: "Él nunca existió". Esta contienda no tiene fin, porque una de las partes no tiene ojos para ver lo que es evidente por sí mismo. Esta contienda es una inútil pérdida de tiempo, pero no terminará nunca.
Continuará perennemente. ¿Por qué? Porque hay algunos que tienen ojos para ver a Dios y otros que no tienen ojos para verlo ni para percibir su propio ser. Una de esas clases de hombres se ha desviado de la conciencia de Dios. Hay una barrera entre ellos y la conciencia de Dios, entre ellos y la conciencia del ser. Por consiguiente, el desacuerdo continuará por culpa de su ignorancia.

Aquellos que tienen ojos para ver, dirán: "El sol existe, ahí está el sol". Y aquellos que no tienen ojos para ver, dirán: "No, no; no hay ningún sol". Este argumento continuará perennemente, pero eso no significa que el sol no exista. Él puede mostrarse.

A este respecto, se ha dado la analogía de un niño que nace en un calabozo en una oscura prisión y crece sin saber lo que es la luz del sol. Uno de sus amigos, que vivía fuera de la prisión, solía ir a visitarlo. Un día, el amigo le dijo: "Ven, vamos a ver el sol. Ven conmigo, yo te lo mostraré". El muchacho contestó: "Sí, iré", pero quería llevar consigo una linterna. Su amigo le advirtió: "No necesitas la linterna". El muchacho exclamó: "¿Qué estás diciendo? ¿Piensas que soy tonto? ¿Acaso podemos ver algo sin la ayuda de una linterna? ¡No soy tonto!" Entonces su amigo le llevó de la mano por la fuerza y le mostró el sol. El muchacho exclamó: "¡Oh, esto es el sol! Por su luz podemos ver todas las cosas".

El alma es así. Dios es así. Se lo puede ver por Su propia luz y sólo por Su luz podemos ver cualquier cosa. Él es autorrefulgente. A través de Su propia luz Él puede mostrarse ante otros. Él es la fuente de todo conocimiento. Ésta es la compresión correcta acerca de Dios. Él existe de manera automática. Así como no podemos ver el sol con la ayuda de otra luz, a Él no lo podemos ver a través de nuestro conocimiento. No es necesario que tratemos de adquirir conciencia de Dios a través del intelecto o del conocimiento. El conocimiento acerca de Dios es independiente. Puede ir y venir a su antojo. Y si Él viene a mí, todo lo demás también viene a mí. Sin embargo, nada puede obligarlo a presentarse ante nuestra visión. No se puede trasladar el sol al calabozo, sino que uno tiene que ir hacia el sol y ver las cosas por su gracia. Similarmente, el Señor es autorrefulgente. Sólo se lo puede ver por la gracia de Su propia luz.

El intelectualismo es una descalificación. Estamos interesados en jñana-sunya-bhakti, la devoción libre de conocimiento. El afecto, la atracción, la simpatía... todas estas cosas son el resultado de tener un corazón. Los científicos opinan que los animales no tienen un cerebro, una inteligencia real. Sin embargo, vemos que un animal puede vivir aunque no tenga mucho cerebro; pero nadie puede vivir sin un corazón. Como el cerebro representa una computadora, los animales no tienen una computadora para calcular. Ellos pueden ir tras el conocimiento intuitivo y por lo tanto pueden actuar inconscientemente. Y podemos ver que la intuición puede ir más allá del cálculo cerebral. Por eso, muchos pájaros y bestias pueden intuir que se aproxima un terremoto, pero hasta ahora no hemos visto cálculos humanos que puedan pronosticar con precisión cuando ocurrirá un terremoto. Hay muchas cosas que nuestro cerebro no puede percibir, no puede atrapar; sin embargo, los animales pueden anticiparlas. Los hombres, por el contrario, ni siquiera después de prolongadas y extensas investigaciones pueden descubrir lo que está más allá de su razonamiento. La posición del razonamiento y el intelecto se explica en el Srimad-Bhagavatam (10.14.3):

jñane prayasam udapasya namanta eva
jivanti san-mukharitam bhavadiya-vartam
sthane styitah sruti-gatam tanu-van-manobhir
ye prayaso `jita jito `py asi tais tri-lokyam

"Rechazando con desprecio cualquier esfuerzo en el sentido intelectual, debemos fomentar en nosotros un espíritu de humildad y tratar de vivir nuestras vidas en la asociación de los temas acerca del Señor. Por supuesto, esto no quiere decir cualquier tema acerca del Señor, sino que debe proceder de una fuente genuina. No importa cuál sea la posición en la que nos encontremos en la actualidad, todo aquel que preste atención sincera a las enseñanzas de Sus agentes divinos, a través de pensamiento, palabras y obras, puede conquistar a Aquel que de otro modo es inconquistable".

Este es el sendero de realización recomendado por el Srimad-Bhagavatam, en donde se condena el sendero del logro intelectual:

sreyah srtim bhaktim udasya te vibho, klisyanti ye kevala-bodha-labdhaye
tesam asau klesala eva sisyate, nanyad yatha sthula-tusavaghatinam
Srimad-Bhagavatam 10.14.4

"¡Oh Señor! Aquellos que a través de sus intelectos intentan obtener un claro concepto acerca de Ti, descubren que sus intentos son infructuosos. Sus esfuerzos sólo terminan en frustración, igual que los de aquellos que tratan de sacar arroz de una espiga vacía".

Así pues, el conocimiento, jñana, es como una espiga vacía. La actividad y el conocimiento no son más que aspectos externos. La verdadera sustancia, el arroz, es la devoción, el amor. Esa es la deliciosa sustancia que hay en el interior. Todo lo demás es cobertura (jñana-karmady-anavrtam). Pero lo que hay dentro de esa cobertura es delicioso, eterno, auspicioso y bello: satyam, sivam, sundaram. La belleza es realidad, el éxtasis es realidad. Cualquier otra cosa no es más que una cobertura externa. Si nos interesamos demasiado en la cubierta, no podremos llegar a la sustancia que hay dentro y nuestra vida será un fracaso:

naiskarmyam apy acyuta-bhava-varjitam
na sobhate jñanam alam nirañjanam
kutah punah sasvad abhadram isvare
na carpitam karma yad apy akaranam
Srimad-Bhagavatam 1.5.12

"El simple retraimiento no se considera como la perfección de la vida de nadie. Aunque en la etapa de la liberación no existe la contaminación de la muerte, el nacimiento, la enfermedad y la vejez, aun así no puede considerarse como la perfección. Qué decir entonces de karma, una laboriosa vida de trabajo que no se lleva a cabo para la satisfacción de Krsna".

Lo único que nos puede dar satisfacción, tanto en el trabajo como en el descanso, es Krsna. Él es el principio armonizante de ambos. Si el trabajo se realiza como un servicio a Krsna, entonces nuestro trabajo se convierte en oro y deja de ser hierro. La renunciación sólo tiene algún valor cuando está relacionada con el servicio divino.

Adán y Eva

Desde luego, aquellos que sufren por causa de un arduo trabajo, desean descanso. Ellos dependen del trabajo para subsistir y sin embargo se le considera inútil e indeseable. Si hemos de vivir, tenemos que trabajar. Aun así, se considera que es una vida deshonrosa. Por lo general, nuestra ambición es vivir sin trabajar. Estamos buscando una pacífica vida de descanso en la cual no seamos esclavos del trabajo. Esta es la inclinación habitual en nuestra vida de esfuerzo y trabajo.

En la Biblia, vemos que cuando Adán y Eva estaban rendidos a Dios en el paraíso, su sustento era automático; pero cuando cayeron, tuvieron que ganar el pan con el sudor de su frente. Se vieron forzados a trabajar para subsistir. Y esa es una forma de vida baja e ignominiosa. No obstante, si queremos vivir tenemos que trabajar. "¿Acaso hay una vida en la cual uno pueda vivir sin trabajar?" nos preguntamos. Desde el comienzo de la existencia, encontramos esa propensión en nuestras vidas. Por lo tanto, ambicionamos liberarnos del karma.

Buda y Sankara

Tanto la escuela budista como la escuela de Sankara quieren descubrir un lugar donde se pueda vivir sin trabajar. Buda dice que la propia vida es innecesaria, que en realidad el trabajo, la vida y la existencia, no existen. Según la escuela budista, podemos prescindir de nuestra existencia. Tenemos la manía de preservar nuestra existencia en este mundo de lucha, así que tenemos que deshacernos de esta manía. ¿Para qué vivir? Así, los budistas abogan por el nirvana, la cesación de la existencia.

Por otra parte, Sankaracarya dice: "Por supuesto que hay vida, pero esta vida es indeseable. Siempre estamos sufriendo de algún mal y existe una fuerza que constantemente nos está menoscabando, hasta que por fin morimos. Enfrentamos el desafío de una muerte lenta, de un lento veneno". Es cierto que la vida en el mundo de la muerte es indeseable. ¿Pero cuál es la solución? Sankara dice que el esfuerzo para mantener nuestro ser individual es indeseable. No hay posibilidad alguna de preservar la individualidad y al mismo tiempo disfrutar de paz verdadera, de paz eterna. Por consiguiente, tenemos que abandonar el encanto de la vida individual.

Según Sankara, hay un Espíritu Universal y ese es un concepto bienaventurado. Somos simples reflejos de ese Espíritu. Ese Espíritu se ha reflejado en todas partes. De alguna manera, Él ha creado este misterioso ego o conciencia individual. No debemos sentirnos ansiosos por preservar este falso ego; debemos disolverlo. Y cuando lo logremos, descubriremos que sólo el Espíritu permanece.

En nuestra condición actual no puede haber una cura para la enfermedad de la muerte. A cada instante nos estamos perdiendo de una u otra manera. Esto no tiene solución. Buda y Sankara apenas nos han dado una solución parcial. Pero el Srimad-Bhagavatam dice: "La verdadera solución es practicar la abnegación, el desapego hacia el medio ambiente, viéndolo en relación con el servicio a Krsna. Ese conocimiento mediante el cual tú puedes alcanzar la perfección mientras mantienes tu propia individualidad, interés y perspectiva, sólo es posible en bhakti, la devoción, la dedicación. En la explotación, tú tienes que morir y en la renunciación, te fusionas en una especie de nada (Viraja, Brahma-loka) en una región ignota, para jamás salir de allí. Sin embargo, yo recomiendo el tipo de renunciación y de conocimiento incluidos en la dedicación a Krsna. Si así lo aceptas, entonces tu ser interno, tu verdadero ser, podrá vivir por siempre una vida de felicidad".

Naiskarmyam significa trabajo libre de dolor. La función innata del alma es el trabajo por amor. En nuestro concepto ordinario, el trabajo acarrea una reacción. Mientras trabajamos, las cosas menguan y se desvanecen, atacadas por la muerte. No obstante, todas estas dificultades han sido eliminadas gracias a las recomendaciones dadas en el Srimad-Bhagavatam. El Srimad-Bhagavatam aboga por vairagya y jñana abrazadas por bhakti, una vida de dedicación. El Bhagavatam dice: "Deshazte de la explotación y la renunciación. No tienes que depender de ellas. La dedicación puede absorberlas a ambas. La renunciación y el conocimiento sólo son completos en la devoción y al mismo tiempo puedes mantener tu individualidad".

El Srimad-Bhagavatam armoniza el conocimiento y la renunciación al darles devoción a sus vidas. A través de la devoción podemos preservar nuestra individualidad, nuestra actividad, nuestra perspectiva, y simultáneamente encontrar paz y éxtasis interminables en la vida. El Srimad-Bhagavatam nos ofrece una vida feliz, eterna, con simplemente agregar dedicación a jñana y karma.

Uno trabajará o actuará con energía, pero no caerá bajo la jurisdicción del karma, el cual acarrea reacción. Nuestra energía será utilizada para el Centro. El Bhagavad-gita nos dice: "Trabaja exclusivamente para el Centro, de lo contrario, te verás atado a la reacción". Así pues, está claro que tenemos la posibilidad de una vida encomiable si nos consagramos al Centro Supremo. Eso no es deshonroso ni agotador. Tampoco es ignorancia. Por lo tanto, debemos tomar este sendero que nos recomienda el Srimad-Bhagavatam.

Si permanecemos atentos y tratamos de seguir el consejo que proviene de la fuente verdadera, de los santos, nos adaptaremos debidamente y desarrollaremos el entendimiento correcto. Todo será armonizado. Aquel que logra esta comprensión triunfará sobre todas las demás sugerencias o concepciones del conocimiento. Sólo a través de la devoción, de la dedicación a Krsna, podremos liberarnos fácilmente de la ignorancia en este mundo de sufrimiento.

Ser un devoto significa servir. El servicio lo es todo. Habremos de encontrar nuestra verdadera vida en la dedicación y distribución de nosotros mismos, no en nuestra propia exaltación. Podemos vivir en el servicio. Todas las dificultades serán erradicadas si nos apegamos a la línea de la dedicación. Allí lo encontraremos todo: Nuestra individualidad, el más favorable medio ambiente, nuestra perspectiva más elevada. Sólo tenemos que cambiar nuestro punto de vista. Y ese punto de vista debe adquirirse a través del Centro. Debemos tratar de entender cómo se verá todo en relación con el Centro. Debemos tratar de estudiar la posición de todo lo que vemos en relación con el Centro. Tenemos que ubicar o calcular cuál es su posición en relación con el Centro y con esa perspectiva, establecer nuestra relación con todas las cosas. Si podemos desarrollar esta visión, se nos librará de todo lo indeseable. Esta es la enseñanza del Srimad-Bhagavatam.

Esta es la característica de la filosofía Bhagavata. Ella siempre trata de establecer el concepto del amor divino, del sentimiento divino, de la percepción divina, por encima del intelectualismo y del predominio sobre la energía. Los señores del poder y los señores del conocimiento no tienen importancia alguna si les falta el Señor del amor. Por otra parte, si aquel que carece de conocimiento y poder tiene la posibilidad de entrar en la región del amor, su vida es un éxito. Su desplazamiento ya no será considerado como un trabajo que genera reacción (karma), y su conocimiento será conocimiento verdadero acerca de Krsna (sambandha-jñana). El conocimiento verdadero acerca de Krsna, Sus atavíos y quién es quién en el mundo espiritual, no cae bajo la jurisdicción del conocimiento que podemos obtener a través de la investigación científica. No es así, sino que es completo en sí mismo.

Devarsi Narada se acercó a Vedavyasa y le recomendó: "Tienes que incluir esto de una manera muy clara en tu presente libro. En los Vedas, en los Upanisads y en el Mahabharata , has tratado diversos aspectos del conocimiento y la energía; pero no está muy claro. Ahora, debes describir de una manera muy clara y precisa el éxito de la vida en su forma más amplia, independiente de la energía y el conocimiento". Tenemos la posibilidad de recuperar nuestra riqueza perdida, independientemente de la acción y de la investigación intelectual.

El sello del ego

Sólo tenemos que romper el sello del ego y la corriente natural del amor divino fluirá automáticamente para ayudar a su propia causa. Ese arreglo, mediante el cual podemos regresar a nuestro hogar, está ahí para nosotros. No nos parecerá una travesía ardua y tediosa. Seremos llevados por nuestra atracción natural, independiente de la guía externa. La tendencia hacia el amor divino que existe en nosotros, conoce su propio terreno, posee ese don natural de atracción. Habrá allí una atracción espontánea por nuestro hogar, no se necesita de ninguna investigación científica.

Antes bien, tendremos que ponerle coto a nuestro intelectualismo, a nuestra ambición, a nuestras aspiraciones. Todo eso es innecesario. Es una cacería infructuosa que jamás nos ayudará a alcanzar la meta. El corazón lo rechazará. No habrá la más mínima cabida para el recelo. Es una elección infalible, natural y completa. Por lo tanto, debemos tratar de encontrar esa cosa natural que no puede adquirirse a través de ningún extenso programa de investigación. Es completamente natural. Lo que deberá ser removido y despedido para siempre es lo artificioso que hay en nosotros.

Las reacciones que hemos acumulado a lo largo de nuestra falsa travesía, se evaporarán por sí solas. No serán un problema. Esto es indudable. No habrá reacción alguna ni necesidad de hacer un nuevo descubrimiento o invención. Una vez que alcancemos esa realización, veremos que nuestro "progreso-conocimiento-civilización" es completamente superfluo.

No se requiere de ningún intelectualismo. Así como un niño reconoce a su madre, nosotros también podemos reconocer nuestro verdadero hogar. Un ternero corre hacia su propia madre aun en medio de numerosas vacas. Ellos tienen un olfato instintivo o una guía natural que los dirige. De manera similar, no se necesita de ningún esfuerzo, de ninguna investigación, de ningún experimento. La devoción por Krsna es automática, natural, feliz y espontánea. Es una vida espontánea, una corriente automática, un movimiento natural.

Nuestro verdadero interés es el amor. El amor es independiente de todo. Es la sustancia más íntima en nuestra existencia. Se nos dice: "Trata de sumergirte profundamente en la realidad. Sumérgete profundamente en la realidad y encontrarás tu hogar en esa región divina. Tú eres hijo de esa tierra". Ese es el mensaje del Srimad-Bhagavatam y de Sri Caitanya Mahaprabhu. No es un concepto mezquino ni un sueño abstracto o nebuloso, sino la realidad más intensa y concreta.

Sri Caitanya Mahaprabhu lo demostró a través de Su carácter, de la manera tan intensa en que buscó a Sri Krsna, y de cuán intensa y profundamente se absorbió en el lila de Krsna, haciendo caso omiso de muchos hechos que para el mundo exterior parecen concretos. Olvidándose de todo, despreciando todo aquello que a nosotros nos resulta tan importante, Él se olvidó de todas las otras funciones y consideraciones del deber. Se abstrajo tan intensa y vivamente en el Krsna-lila, sumergiéndose en él de manera tan profunda, que ese lila cautivó Su corazón por completo, hasta el punto de parecer desvalido externamente.